Seleccionar página

 

 

«Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios».

Bienaventurados nosotros porque a través de los ojos de Sor Dolores, Dios nos miraba. 

 

Hoy despedimos a Sor Dolores, una mujer, que sin usar las palabras acercaba a nuestros corazones el amor, la paz y el bien, el servicio y la humildad, el Evangelio. Una mujer sin miedo a la luz, sin miedo a la paz, sin miedo a la alegría, una mujer sin miedo a ser FELIZ.

 

Sonrisa Franciscana que nos abría el Colegio cada mañana. 

Mirada limpia que iluminaba saludos y despedidas. 

Silencio acogedor enamorado, como Francisco, de lo «pequeño»:  los niños y niñas de este Colegio. 

Corazón obediente y bueno dispuesto siempre a ayudar.

Trigo limpio castellano feliz de vivir en territorio valenciano. 

INSTRUMENTO DE PAZ QUE VIVIRÁ SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES. 

 

¡Gracias Señor, por habernos regalado a Sor Dolores!

 

Compartimos con vosotros esta oración, que esta mañana hemos rezado todo el COLEGIO unido.