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¡Celebramos la jornada de San Francisco con el tradicional alumerzo solidario, eucaristías, juegos, cine, y una salida al antiguo cauce del río para unirnos, como San Francisco, a la Madre Naturaleza!

 

FRANCISCO, TESTIGO DE LA ALEGRÍA
CÓMO SAN FRANCISCO EXPLICÓ A UN NOVICIO LA LOCURA DEL EVANGELIO

 

Tímidamente un joven novicio le preguntó a San Francisco:
¿Qué he de hacer para seguir tus pasos? ¿Cuál es tu camino?
Francisco, ligeramente sorprendido, respondió: Hermano mío, nadie me enseñó
el camino, ya que el propio Jesús me condujo por el sendero de la sencillez. Él
es el que me deja arder en un deseo infinito y me hace soñar de día y de noche. Yo
quise ser rico como mi padre Bernardone, irme de fiesta con los amigos y cantar lo bueno
del amor. Pero me di cuenta de que todo era vanidad. Soñé ser príncipe
guerrero y conquistar en la Apulia muchos honores. Mientras me dirigía hacia allá,
comprendí que todos los señores de este mundo no pasan de ser vasallos, y que
ninguno podría hacerme mejor ni mayor. Me dí cuenta que Dios quería que me dedicara a los pobres y necesitados. Escuché la voluntad de Dios. Conocí las lágrimas de la angustia, la decepción de los amigos y la perplejidad de los padres.
Sentí profundamente la llamada de la libertad.

Percibí que Dios quería hacer de mí un nuevo loco de este mundo. Y fue entonces cuando descubrí
el evangelio y me identifiqué con él. El evangelio me da la libertad, te invita a abrir caminos nuevos, a hablar con los ricos y a abrazar a los leprosos. Hermano mío, sólo vivirás la libertad
del evangelio si crees en este sueño, si alimentas en ti la ternura para con todas
las cosas y si estás dispuesto a vivir con alegría. No dejes, hermano, de soñar el sueño
de Jesus. Entonces el evangelio será tu camino y no necesitarás seguir mis pasos
tan frágiles. Para alabanza de Cristo. Amén

 

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